Hoy, quiero sacudirme la melancolía,
caminar por el parque,
sentarme en una banca
y ver los transeúntes pasar.
Quiero escuchar el trinar de las aves,
el correr de los niños
y el canto de aquel viejo trovador
Recitar a cada nube que mire,
el poema que es tuyo,
¡el que lleva tu nombre!
Y anclado a él mi alma.
Hoy no quiero estar triste...
Solo quiero recordarte así;
como cuando sonreías
al contarme cualquier historia
-real o inventada-.
¡Sólo quiero abrazarte!...
Aunque en el intento
se me esfume tu imagen.