Te vi, -me viste-
te abracé, -me abrazaste-.
Te seduje, -me lo permitiste-
y sin esperarlo me besaste.
Nos tomamos de la mano
y paseamos por la habitación
tenerte así era sueño arcano
tan lejano para el corazón.
Tu mirada dulce y escurridiza
tu sonrisa pícara y encantadora
a lo lejos un tictac de prisa
te alejó de mis brazos gritando:
¡Ya es hora!
Y así desperté del sueño.
Así te perdí de nuevo.
Y desde entonces me empeño
en continuar con la escena
aunque tristemente no puedo.
Muy bonito y tierno.
ResponderEliminarMe ha gustado.
Un abrazo.